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El sarro: cómo se origina, qué problemas causa y cómo se soluciona

El sarro es uno de los problemas dentales más habituales a los que se suele prestar menos atención a pesar de que puede tener graves consecuencias. Consiste en la acumulación de materiales calcificados en la línea en la que se encuentran los dientes con las encías. Su aparición se debe al contacto continuo de la placa bacteriana con la saliva. Por eso, es clave una correcta higiene bucodental para prevenir su aparición.

Nuestros dientes siempre están cubiertos por una capa invisible formada por las proteínas de la saliva. Es el lugar perfecto donde se depositan bacterias que se alimentan de los azúcares de la comidas y bebidas que tomas. Esto es lo que se conoce como placa bacteriana y es necesaria retirarla mediante el cepillado, el hilo dental y el enjuague bucal.

Si no se hace correctamente, empieza a calcificarse y aparece el sarro. Estos depósitos de color amarillento empiezan a aparecer en la línea de las encías. Al endurecerse resulta muy difícil retirarlos ya que además están muy adheridos al diente.

En muchas ocasiones, incluso una higiene bucodental correcta no es suficiente para combatir el sarro. Algunas personas cuentan con una placa bacteriana muy activa que favorece la aparición del sarro. Por eso, siempre es conveniente realizar una limpieza profesional en una clínica dental como mínimo una vez al año.

Siempre es conveniente seguir los consejos de tu dentista para combatir el sarro. Existen herramientas como los irrigadores que te pueden ayudar a conseguir una higiene óptima. En cualquier caso, no olvides mantener unos hábitos adecuados si eres propens@ a este tipo de problemas.

El sarro y la inflamación de las encías

El principal problema del sarro, además de puramente estético, es que supone una acumulación de bacterias que están atacando de manera continua a las encías. Es una de las principales causas de las enfermedades periodontales. Ocasiona inflamación, irritación, sangrado y en ocasiones hasta dolor.

Recuerda que, en los casos más graves, se produce la recesión de las encías e incluso se puede llegar a la pérdida de las piezas dentales. Por eso, ante la aparición del sarro es necesario actuar lo antes posible para evitar problemas más graves. El higienista dental será el que te pueda retirar los materiales calcificados que afectan a la salud de tus dientes.

El proceso por el que se elimina el sarro se llama tartrectomía que puede ser supragingival, por encima de la línea de la encía, o subgingival, en lo que se conoce como bolsa periodontal. Debes saber que el sarro también se acumula por debajo de las encías y es necesario una revisión con el especialista para detectarlo.

Las herramientas que se suelen usar son aparatos que emiten ultrasonidos, así como un cincel y un espejito que ayuda a ganar visión al especialista. Con los sonidos de alta frecuencia se logra debilitar el sarro para que sea más fácil su retirada. Este tratamiento no necesita anestesia y suele durar muy poco. Cuando acabas, notarás enseguida como tu dentadura se nota más limpia y, por supuesto, tus encías más sanas.

Por eso, aunque no veas sarro en tus dientes siempre es necesario acudir al dentista para comprobar que todo está correcto. En algunos casos puede ser indetectable a simple vista. La visita al especialista te puede ahorrar muchos problemas a largo plazo.

Ahora que conoces todo sobre el sarro y como combatirlo no dejes pasar más tiempo y pide cita con tu higienista dental. ¡Consigue la limpieza óptima para mejorar la salud de tus dientes!