Cuidar de la boca no solo es una cuestión estética, también es esencial para mantener una buena salud general. La prevención en salud bucodental ayuda a evitar enfermedades como la caries, la gingivitis o la periodontitis, además de reducir el riesgo de complicaciones que pueden afectar al resto del organismo.
La boca es la puerta de entrada a nuestro cuerpo. Una higiene deficiente no solo provoca problemas en dientes y encías, sino que puede contribuir a infecciones y a enfermedades sistémicas. Por ello, adoptar hábitos preventivos es una inversión a largo plazo en bienestar y calidad de vida.
Medidas clave para cuidar dientes y encías
A continuación, se detallan las principales acciones que cualquier persona puede aplicar en su día a día:
1. Higiene oral adecuada
- Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta fluorada.
- Usar hilo dental o cepillos interdentales para limpiar zonas a las que el cepillo no llega.
- Complementar con colutorios recomendados por el odontólogo.
2. Alimentación equilibrada
- Reducir el consumo de azúcares y bebidas carbonatadas, principales responsables de la caries.
- Incluir frutas, verduras y lácteos, que aportan vitaminas y minerales necesarios para dientes y encías fuertes.
3. Revisiones periódicas
- Frecuencia recomendada: lo ideal es acudir al dentista cada 6 a 12 meses, aunque en pacientes con mayor riesgo (fumadores, personas con diabetes o antecedentes de enfermedad periodontal) pueden ser necesarias revisiones más frecuentes.
- Detección temprana de problemas: estas visitas permiten identificar caries incipientes, inflamación de encías, desgaste dental o lesiones en la mucosa antes de que evolucionen a cuadros más graves. Una caries detectada a tiempo puede solucionarse con un empaste sencillo, mientras que, si se descuida, podría acabar en una endodoncia o incluso la pérdida de la pieza dental.
- Limpiezas profesionales: además de la exploración, en muchos casos el dentista recomienda realizar una profilaxis dental. Esta limpieza elimina la placa bacteriana y el sarro acumulado en zonas de difícil acceso, incluso con una buena higiene en casa.
- Educación personalizada: el odontólogo también ofrece consejos adaptados a cada paciente, como técnicas de cepillado, elección de cepillos interdentales o recomendaciones dietéticas, lo que potencia la eficacia de los hábitos diarios.
4. Hábitos saludables
- Evitar el tabaco y el alcohol: el tabaco mancha los dientes, reduce la capacidad de cicatrización de las encías y aumenta el riesgo de periodontitis y cáncer oral. El alcohol, especialmente en exceso, reseca la mucosa oral y potencia los efectos negativos del tabaco cuando se combinan.
- Mantenerse bien hidratado: el agua favorece la producción de saliva, que es la primera defensa natural contra las bacterias y ayuda a neutralizar los ácidos que dañan el esmalte. Beber agua tras las comidas también contribuye a eliminar restos de alimentos.
- Controlar el bruxismo: apretar o rechinar los dientes, ya sea de día o durante la noche, puede desgastarlos y causar dolor mandibular. El uso de férulas de descarga recomendadas por un especialista ayuda a protegerlos.
- Practicar ejercicio físico moderado: aunque parezca que no tiene relación directa, la actividad física regular fortalece el sistema inmunitario y reduce la inflamación, lo que repercute positivamente en la salud de encías y tejidos orales.
- Dormir lo suficiente: el descanso adecuado contribuye a mantener un sistema inmunológico fuerte, lo que protege también contra infecciones en la boca.
- Evitar los picoteos constantes: comer entre horas aumenta la exposición de los dientes a los ácidos de los alimentos. Si se pica, lo recomendable es optar por frutas o frutos secos naturales en lugar de productos azucarados.
La prevención en salud bucodental es un pilar fundamental para disfrutar de una vida sana. Adoptar rutinas de higiene, mantener una dieta equilibrada y acudir regularmente al dentista son medidas sencillas que marcan la diferencia. Invertir en la salud de tu boca es invertir en tu bienestar general.