¿Alguna vez te has preguntado cuál es la anatomía del diente? Conocer sus partes puede hacer que cuidar de tu salud bucodental sea mucho más fácil. Seguramente ya hayas escuchado conceptos como raíz o pulpa. En este artículo vamos a desgranar todos esos términos y explicártelos para que conozcas aún mejor tu dentadura.
Es cierto que sólo conoces la parte más externa de tus dientes (la que se denomina corona) que queda por encima de la línea de las encías. Las partes que quedan cubiertas por el tejido gingival son el cuello y la raíz del diente (cuya misión es mantener fija la pieza dental).
En la parte exterior de la anatomía del diente puedes encontrar una capa compuesta por esmalte que es uno de los materiales biológicos más duros que existen en la naturaleza. Pero aún así no es indestructible. Está sometida a la acción de las bacterias que se encuentran en la placa bacteriana que pueden provocar su deterioro mediante las caries.
Es fundamental cuidar esta parte externa de la anatomía del diente mediante una correcta higiene bucodental. El correcto uso del cepillo de dientes junto al hilo dental y el enjuague fundamental impide que las bacterias consigan llegar al interior del diente.
La parte oculta de la anatomía del diente
Evitar que las bacterias llegan al interior de la pieza dental es fundamental para evitar que la infección se propague. Por debajo del esmalte se encuentra una nueva capa de un material muy duro denominado dentina cuya misión también es la de proteger el diente. Es la que realmente da color a tu pieza dental ya que el esmalte es traslúcido.
Una de las principales características de la dentina es que cuenta con un montón de canales minúsculos que conectan la parte superficial del esmalte con la parte más interna del diente o pulpa. Ahí es donde se encuentra los nervios, los vasos sanguíneos y el tejido conectivo (que ofrece soporte y estructura).
Cuando el esmalte y la dentina se ve deteriorada por la caries o problemas como el bruxismo los nervios quedan más expuestos y es cuando aparecen las molestias, el dolor o la hipersensibilidad.
La raíz del diente
Aún queda por explicar otra parte fundamental de la anatomía del diente. Antes mencionábamos la raíz como la zona de la pieza dental necesaria para que se quedara fija. Es una parte que queda insertada al hueso alveolar (que da soporte a los dientes) en la que existe externa una capa denominada cemento (no hay esmalte).
También cuenta con dentina y pulpa al igual que el resto del diente. Otros elementos que forman parte de la raíz dental son los ligamentos (o membranas) periodontales. Este tejido tiene funciones tan importantes como ayudar a aliviar la presión de los dientes durante el masticado o permitir su movimiento natural (por ejemplo, cuando erupcionan).
Estas son las partes que conforman cada uno de tus dientes. Por supuesto también es necesario mencionar las encías. Es el tejido que recubre la raíz dental y el hueso alveolar que también colabora en la sujeción de la dentadura.
Una de las cosas que debes tener en cuenta para mantener una correcta salud bucodental es que existen muchas zonas ocultas en el diente. Esto hace que sea necesario acudir al dentista para poder realizar diagnósticos con técnicas avanzadas. Un buen aspecto de la pieza dental no garantiza que se encuentre en buen estado.
Es por esto que la revisión periódica es la mejor manera para tener una dentadura sana. El experto siempre podrá localizar aquellos problemas que a primera vista no son detectables.