Seguro que alguna vez has sufrido las molestas y dolorosas llagas. Las también conocidas como aftas bucales son lesiones que aparecen en las zonas superficiales en los tejidos blandos de la boca, en las encías o, incluso, en la lengua. Tienen una apariencia de úlcera de color blanco o amarillo rodeado por una zona roja brillante.
Las llagas suelen medir de 3 a 5 milímetros y suelen tardar en curarse entre 1 semana y 10 días sin dejar cicatriz. Los primeros 4 días se caracterizan por ser especialmente dolorosas sobre todo a la hora de comer o hablar. Si la llaga es especialmente grande, son muy numerosas o tardan mucho en desaparecer es recomendable acudir al especialista. En estos casos deben ser tratadas por odontólogos o médicos estomatólogos.
Las aftas bucales son los problemas de salud bucodental más frecuentes junto con las caries. 1 de cada 2 personas ha tenido alguna llaga en algún momento de su vida y en torno al 20 por ciento las sufren de manera recurrente. Es más habitual en mujeres ya que muchas de las causas que producen las llagas se suelen dar en este sector de la población.
Existen varios mitos en torno a las llagas como que son contagiosas (lo cuál no es cierto) o que son similares a los herpes labiales (aunque en realidad no tiene nada que ver con esta dolencia). Las llagas no tienen tratamiento para curarse. Por el transcurso normal de este tipo de herida se curan solas. Si se que se pueden aplicar colutorios, geles y sprays que ayudan a aliviar el dolor.
También existen remedios caseros como los enjuagues de agua templada con sal que ayudan a que la cicatrización sea más rápida y tiene efectos analgésicos. Se recomienda evitar la ingesta de alimentos muy duros o excesivamente calientes mientras se tengan aftas bucales.
La aparición de las aftas bucales se debe a varios factores
Las causas de la aparición de las llagas pueden ser muy variadas. Uno de los principales motivos son las heridas causadas por mordiscos involuntarios. También pueden aparecer por el roce de una ortodoncia. En este caso si el problema persiste es necesario comunicarlo al dentista para plantear la posibilidad de realizar algún tipo de ajuste.
Las aftas bucales en ocasiones son síntomas de otras dolencias como por ejemplo la falta de vitaminas o alergias alimentarias. También pueden aparecer en personas que sufren alergias al gluten o enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn. En estos casos son más persistentes y tardan más en curar. Por este motivo es importante acudir al médico para detectar estos posibles problemas de salud.
Las llagas también pueden aparecer por circunstancias como los cambios hormonales producidos por el embarazo o lo menstruación. En situaciones de estrés es posible que puedan aparecer estas pequeñas úlceras. También existen ciertas personas con cierta predisposición genética a la aparición de aftas bucales.
En cualquier caso, una correcta higiene bucal puede ayudar a evitar la aparición de las aftas bucales. Esta dolencia es causada por la proliferación de bacterias en una herida causada en el interior de nuestra boca. Por eso, si se tienen correctos hábitos disminuye la posibilidad de la aparición de las llagas.
Aunque el pronóstico de las aftas bucales suele ser leve y su curación suele producirse sin necesidad de tratamiento, recuerda acudir al especialista ante cualquier duda. Recuerda que tu salud bucodental es muy importante y que tu dentista siempre estará dispuesto a atenderte para cuidar de ti.