Gracias a los adelantos de la medicina la consulta del dentista ya no se parece a una sala de tortura. La anestesia dental permite realizar tratamientos de manera indolora y el médico dispone de varias opciones para lograr que el paso por la consulta sea más agradable de lo que cabe esperar.
En general, hay dos tipos de anestesia dental, la infiltrativa y la tópica. La primera es más duradera y la segunda tiene un efecto más limitado y suele usarse para evitar las molestias de una punción.
Vamos a ver con más detalle qué tipos de anestesia puede ofrecerte el dentista, teniendo en cuenta el alcance del tratamiento y tu historial clínico.
1. Anestesia dental local
Es el tipo de anestesia dental que más se utiliza. La boca pierde sensibilidad y el médico puede realizar tratamientos sencillos sin miedo a causar dolor.
Se usa para hacer empastes, en extracciones que no presentan ninguna complicación, en endodoncias, para poner carillas o para limpiezas en profundidad si se ha acumulado mucha placa dental.
Se aplica mediante una inyección, pero no tengas miedo al pinchazo porque antes se adormece la zona con un anestésico tópico en forma de gel, crema o spray.
2. Sedación suave
Una forma de aliviar el dolor sin pasar por el pinchazo es aplicar óxido nitroso por inhalación. El efecto es más suave que el de la anestesia local pero suficiente para tratamientos más molestos que dolorosos como una periodoncia.
3. Sedación consciente
Muchos pacientes tienen que hacer frente, además de al dolor, a su propio miedo, que puede ser más insufrible.
En estos casos puede ser recomendable esta sedación que mantiene al paciente despierto pero relajado. Se administra de forma intravenosa y tiene que hacerlo un médico anestesista.
Se usa con poca frecuencia pero puede ser necesaria por ejemplo cuando hay que colocar implantes.
4. Sedación oral
Si el dentista nota que el paciente está excesivamente preocupado por una intervención inminente puede aconsejar que tome un sedante oral la noche previa de la intervención o un rato antes.
5. Anestesia general
Se usa en intervenciones quirúrgicas, es decir, en un quirófano y no en una consulta corriente. Se recurre a ella para corregir alteraciones maxilofaciales, colocar implantes o algunas extracciones.
Hay que tener en cuenta que no todas las manipulaciones que lleva a cabo un dentista causan dolor y no hará falta ninguna clase de calmante, a no ser que el paciente manifieste alguna alteración o ansiedad. Por ejemplo, un blanqueamiento dental o una ortodoncia no duelen.
Te recomendados que hables con confianza con el especialista que te va a tratar y compartas tus temores y tus dudas. En Valdivia y Armijo, tu clínica dental en Málaga, nos preocupamos de que nuestros pacientes tengan una buena experiencia en la camilla de la consulta.