Conocer el origen del Azheimer para encontrar una cura para esta enfermedad degenerativa o un tratamiento para prevenirla es uno de los desafíos de la ciencia en la actualidad.
Las investigaciones conducen a veces a resultados inesperados, como los del estudio difundido por la revista Science Advances hace unos meses que relaciona el Alzheimer y la enfermedad de las encías.
Para realizar su estudio los investigadores analizaron el cerebro de pacientes ya fallecidos que sufrían Alzheimer o mostraban algunos síntomas de la enfermedad pero aún no habían sido diagnosticados. Encontraron una bacteria con un nombre difícil de pronunciar (‘Porphyromonas gingivalis’) que es uno de los causantes de la gingivitis y la periodontitis crónicas, dos enfermedades de las encías muy comunes, relacionadas estrechamente con la falta de higiene, y que se tratan habitualmente en las consultas de los dentistas con buenos resultados. Lo que concluyen al detectar la presencia de esta bacteria es que puede ser, o estar relacionada, con las causas que provocan el Alzheimer y que una infección de las encías puede ser una señal de tener una mayor disposición a padecer la temida enfermedad.
Esta conclusión no resulta novedosa ya que hace tiempo que los científicos tratan de demostrar que los hongos, los virus y las bacterias pueden ser causantes de la enfermedad de Alzheimer.
Una hipótesis aceptada hasta ahora apuntaba que el deterioro de la salud dental podía deberse a la falta de cuidado derivada de una merma de las facultades mentales. Es decir, cuando los enfermos de Alzheimer son incapaces de cuidar de sí mismos y descuidan su higiene dental, sus encías y dientes se resienten.
Este nuevo estudio arroja un poco de luz sobre esta teoría al encontrar la bacteria en cerebros de personas a las que aún no se le había diagnosticado la enfermedad y por tanto disfrutaban de sus plenas facultades. Esto significa que la enfermedad de las encías no se debía a su descuido y, por tanto, podría ser una causa, como un síntoma muy precoz, más que una consecuencia de padecer Alzheimer.
Falta por entender de una manera más exacta cómo se relaciona la enfermedad gingival con la demencia y cómo puede ayudar este hallazgo a desarrollar medicamentos eficaces para tratar el Alzheimer.
Lo que confirma una vez más este reciente estudio es que cuando cuidamos nuestra boca se beneficia nuestra salud en general.
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