A partir de los cinco años comienzan las vistas del Ratoncito Pérez, es decir, los niños empiezan a perder los dientes de leche, que son sustituidos por piezas definitivas.
Los dientes de leche se caen debido a la presión que ejercen sobre su raíz los dientes permanentes cuando emergen a través de la encía. En este proceso que nos resulta tan familiar, puede presentarse alguna alteración que conviene siempre consultar con el dentista.
Una incidencia frecuente es que el diente definitivo salga antes de que se caiga el de leche y ocupe el mismo hueco pero por detrás, formando así dos filas de dientes. Son lo que los especialistas llaman “dientes de tiburón” por su similitud con la dentadura de este animal que tan buen uso hace de ella como depredador.
En ocasiones esta alteración pasa desapercibida para los padres o cuidadores, por eso es muy importante que los niños se hagan revisiones periódicas desde el primer año de edad. En la consulta, el dentista detectará esta anomalía, que afecta a uno de cada diez niños, y valorará cómo tratarla.
Si se advierte esta situación en casa, lo recomendable es visitar al odontólogo lo antes posible para evitar complicaciones en el futuro.
Las causas por las que pueden aparecer los “dientes de tiburón” son muy variadas. Una de las más frecuentes es que, al empujar los dientes definitivos, la raíz de los dientes de leche no se reabsorba, como debería ocurrir, y estos se queden en su sitio mientras salen los definitivos por detrás. En otra ocasiones el diente definitivo no sale en el lugar que le corresponde porque los dientes de leche están apiñados o porque debido a una anomalía genética se trata de un diente extra que no sustituye a ningún diente de leche. A veces la explicación es más sencilla y se trata simplemente de una desviación de las piezas definitivas.
Es habitual que esta alteración se resuelva sola, es decir, que el diente de leche que se resiste a caerse acabe empiece a moverse y acabe desprendiéndose. Si tiene que intervenir el dentista, la decisión habitual ante un caso de “dientes de tiburón” suele ser la extracción del diente de leche, para permitir que el definitivo ocupe su lugar y así prevenir un caso de maloclusión, es decir, que los dientes estén mal alineados, lo que haría necesario el uso de ortodoncia en el futuro.
Es muy importante que nunca tratemos de forzar la caída de un diente de leche. Lo más conveniente es esperar a que se caiga solo, ni siquiera debemos tirar de él cuando ya parece que está suelto.
En Valdivia y Armijo, tu clínica dental en Málaga, te ayudamos acuidar de la salud bucodental de los más pequeños. Si has detectado un caso de «dientes de tiburón», pídenos una cita y te ofreceremos la mejor solución.