Morderse las uñas es un gesto que realizan a diario miles de personas y de todas las edades, y muchos piensan que es algo completamente inofensivo. Y en absoluto lo es: no solo estropea el aspecto de nuestras manos, sino también los dientes e incluso dañar seriamente nuestra salud bucal.
Las uñas son una de las superficies más duras del cuerpo, y para cortarla con los dientes hay que aplicar una gran fuerza que puede causar daños. Este hábito, conocido como onicofagia, suele aparecer en la infancia y si no se trata como es debido puede perpetuarse toda la vida. Morderse las uñas es un acto que se puede hacer de manera inconsciente, o bien como forma de liberar estrés, nerviosismo… o por puro aburrimiento.
Pero, ¿por qué morderse las uñas es malo para la salud bucal? Debido a que se puede provocar grietas, astillas o erosión de los dientes frontales por presión y estrés. Incluso, se puede fracturar el esmalte de los dientes debido a la masticación excesiva en superficies duras, como es el caso de las uñas.
Otra consecuencia de este hábito es que los dientes se pueden desgastar y, como consecuencia, se puede advertir una mayor sensibilidad dental o incluso dolor. Y puede generar problemas de oclusión, es decir, la forma en la que los dientes superiores e inferiores se unen al cerrar la boca.
¿Y qué ocurre con las personas que llevan ortodoncia? En el caso de que lleves un aparato corrector para tus dientes, debes saber que morderte las uñas puede entorpecer el resultado del tratamiento, debido a que los dientes ya están en una posición estresada por la presión de los aparatos y se puede comprometer la alineación del diente.
Existen informes incluso, como el desarrollado por la Academia General de Odontología (AGD) de Argentina, que apuntó una relación entre las personas que se muerden las uñas y el riesgo de desarrollar bruxismo, tal y como te contamos en otro post. Otro estudio de 2015 que fue publicado en el Journal Of Clinical And Diagnostic Research relacionó la onicofagia con las alteraciones en la articulación temporomandibular, la cual puede provocar dolor en la cara y el cuello.
Y no mencionemos todos los problemas relacionados con las bacterias que pasan por los dedos, y que nos llevamos al a boca, que puede causar gingivitis, periodontitis o incluso verrugas periungueales.
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